En una jornada marcada por el drama y la incertidumbre, el gobierno federal estadounidense ha comenzado a despedir a miles de funcionarios debido al cierre gubernamental, según anunció ayer la Casa Blanca. Tras 10 días de intensa negociación sin resultados entre los líderes demócratas y republicanos, la oficina del presidente ha confirmado que las reducciones …
La política de austeridad alcanza los máximos rangos: Washington inicia proceso de renuncias en la alta función pública con medidas drásticas.

En una jornada marcada por el drama y la incertidumbre, el gobierno federal estadounidense ha comenzado a despedir a miles de funcionarios debido al cierre gubernamental, según anunció ayer la Casa Blanca. Tras 10 días de intensa negociación sin resultados entre los líderes demócratas y republicanos, la oficina del presidente ha confirmado que las reducciones de personal han empezado.
La noticia fue recibida con un sentido de desesperanza en el Capitolio, donde se sienten los efectos negativos de la parálisis política. “No estamos de buen humor aquí en el Capitolio”, admitió Mike Johnson, presidente republicano de la Cámara de Representantes, en una entrevista radiofónica. “Hoy (ayer) marca el primer día en que los trabajadores federales recibirán un cheque de pago parcial”.
La medida afecta a miles de empleados federales que se ven obligados a suspender temporalmente su actividad laboral debido al cierre del gobierno federal. Aunque la Oficina de Gestión y Presupuesto (OMB) de la Casa Blanca no ha proporcionado detalles sobre el número exacto de funcionarios afectados, se cree que el impacto será significativo en diferentes áreas del gobierno.
La medida forma parte de una política de “no negociación” adoptada por el presidente republicano desde el inicio del cierre gubernamental. El objetivo es presionar a los líderes demócratas para que accedan a sus demandas sobre la construcción del muro fronterizo y otras cuestiones políticas. Sin embargo, la estrategia ha sido duramente criticada por los líderes demócratas, quienes consideran que el presidente está utilizando a los funcionarios federales como rehenes políticos.
La situación es particularmente delicada para aquellos empleados federales que no tienen capacidad para realizar su trabajo remoto o que dependen directamente de la función gubernamental. A medida que la parálisis política continúa, se teme que el impacto en la economía y la estabilidad social sea significativo.
Aunque la OMB ha confirmado que las reducciones de personal han comenzado, no ha proporcionado detalles sobre cómo afectarán a los empleados federales. Sin embargo, se cree que muchos trabajadores recibirán un cheque de pago parcial hasta que el gobierno vuelva a abrir sus puertas.
La situación es particularmente grave para aquellos empleados que dependen directamente del funcionamiento diario del gobierno federal. A medida que la parálisis política continúa, se teme que el impacto en la economía y la estabilidad social sea significativo.
En este contexto, los líderes políticos de ambos lados del aislado están llamados a encontrar una solución rápida para restablecer la normalidad en el gobierno federal. La situación es cada vez más tensa y el plazo se vuelve cada vez más corto.





